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La huelga general convocada para el 14 de noviembre en España comenzó en algunos puntos de Madrid el miércoles 13 a las 23 horas, momentos en que en determinadas empresas empezaban turnos de trabajo de unas 5 horas. "Si me ponía a trabajar a las once de la noche tenía que continuar, así que decidimos con mis compañeros acatar la huelga una hora antes o, mejor dicho, un día antes", y sonríe Ricardo mientras reparte a sus compañeros chapas que se colocan en el pecho. 

Fue a las cero horas del 14 cuando ya los piquetes se apostaron frente a estaciones de autobús e industrias, sobre todo al sur, y ya por la mañana diversos grupos se reunían en Gran Vía o Callao, frente a cedes bancarias, rodeban el centro histórico en bicicletas, entre pequeños grupos, cerrando el tránsito y algunos establecimientos que no querían o podían acatar la huelga.

Pero fue a las seis de la tarde del 14 la hora en que se congregaron en dos puntos diferentes de la capital española cientos de miles de ciudadanos con la intención de protestas y demostrar su descontento frente a las reformas que el gobierno está ejecutando, afirma, con la intención de salir de la crisis.

La fiesta empezaba con fuerza aunque también estaba presente la certeza de que la policía actuaría de forma violenta como lo hizo a lo largo del día. No importaba. "No tengo miedo". "No debemos, no pagamos", se leía en otra de las cientos de pancartas que se concentraron en la Plaza de la Beata y que se unirían después a esa que muchos llamaron y llaman una "gran ola de protestas": trabajadores, desempleados, jubilados, familias enteras.

Los sindicatos dicen que solo en Madrid fueron un millón de personas las que se manifestaron. La delegación del gobierno contó 35 mil.

Eran las seis de la tarde en Madrid el 14N

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